"En algunos países es `cool` ser zurdo, incluso son mirados con admiración y respeto. Se llega a creer que son más inteligentes, cuando en verdad es sólo porque están mejor preparados", afirmó a Efe el director de la organización chilena Zurdos, Nibaldo Salvatierra.
Entre los zurdos más destacados se encuentran algunas de las mentes más célebres de la historia como las de Napoleón, Julio César, Gandhi, Alejandro Magno, Churchill, Carlomagno o Simón Bolívar o, más recientemente, los presidentes Reagan, Clinton y Obama.
Según una encuesta realizada por el Left-handers Club (el club de los zurdos), 58% de los zurdos afirmó considerarse más inteligente de lo normal y 48% más creativo que el resto.
"Desde pequeño el niño zurdo debe tratar de adecuarse a un entorno que le resulta incómodo y buscar de forma creativa adaptarse" a un mundo pensado con la derecha, aclaró Salvatierra.
El editor de la revista "on line" Cuadernos de Neuropsicología, Roberto Polanco, explicó a Efe que los zurdos controlan el hemisferio derecho del cerebro (responsable del funcionamiento del lado izquierdo) que les permite ver el "todo" antes y luego centrarse en los detalles, mientras que en los diestros ocurre al revés.
"Es como decir que en los zurdos el cableado está al revés", afirmó Polanco.
Por ello, la visión zurda es más creativa ya que, por ejemplo, al pintar un cuadro un zurdo tendrá una visión global de lo que quiere plasmar sobre el lienzo y luego podrá comenzar a trazar los componentes para crearlo.
Artistas como Miguel Ángel, Rafael y Leonardo Da Vinci, compositores como Bach o Beethoven y músicos como Bob Dylan, Paul McCartney y Jimi Hendrix crearon obras de arte mundialmente famosas con la destreza de una izquierda prodigiosa.
Por no hablar de empresarios como Rockefeller, Henry Ford o Bill Gates o, en el mundo del cine, Chaplin, Robert de Niro, Greta Garbo, Nicole Kidman, Brad Pitt... y hasta Bart Simpson y su creador, Matt Groening.
En algunos deportes los participantes zurdos juegan con la ventaja de poder sorprender a sus oponentes con un golpe de izquierda, como ocurre en el boxeo, ya que los boxeadores diestros no están acostumbrados a pelear contra la minoría zurda.
"Los boxeadores zurdos son temidos por su posición anormal contra un boxeador diestro", según afirma un miembro de la organización internacional de investigación de boxeo Monte Cox en un artículo publicado por la revista "on line" "Fight Beat.com".
En fútbol han sido zurdos Maradona, Hugo Sánchez o Messi, y en el tenis la ventaja de usar un revés al revés puede convertirse en un ingrediente esencial para la victoria como demuestra el tenista diestro Rafael Nadal, que usa su mano izquierda únicamente para jugar al tenis.
Aún así, la lucha constante por mantenerse zurdo ante una vida diestra es un esfuerzo añadido que resta concentración en cada tarea que conlleve un periodo de adaptación para zurdos.
Polanco explicó que se les exige más de lo normal y "ello hace que tengan más estrategias, lo cual si bien puede ser útil también resulta más estresante y, por tanto, podría limitar las opciones para el desarrollo de otras conductas".
Pero en el caso de lesiones cerebrales, por ejemplo, ser zurdo puede ser un salvavidas.
El cerebro de un zurdo tiene las funciones más repartidas entre los dos hemisferios, ya que el uso de la derecha es a veces un requerimiento esencial y, por tanto, si un área del cerebro es dañada, las posibilidades de sustituir sus funciones en el otro hemisferio se incrementan.
"Los zurdos tienen mas recursos para utilizar áreas indemnes del cerebro para compensar determinadas funciones alteradas producto de la lesión", reafirmó Polanco.
Así, ser zurdo puede considerarse como un mecanismo de defensa natural que en determinadas situaciones les da unos pasitos de ventaja con respecto a los diestros.
Y esta siniestralidad que caracteriza el cerebro de un zurdo no sólo está presente en los humanos, sino en animales como los peces.
Para evitar ser presa de otros, algunos peces nadan en grupos cerrados que se mueven en masa muy rápidamente. La mayoría tiende a ir hacia un mismo lado, perseguidos por las fauces de un depredador, pero unos cuantos, los zurdos, siempre se van hacia el otro incrementando así sus posibilidades de supervivencia.
CORTESIA: El Universal On Line
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